¿YA SE VA A DAR LA VUELTA?

Todo pasa SIEMPRE por una razón, el 11 de mayo de hace unos años viví un día que puede parecer ficción pero me crean o no, les voy a platicar.

Antes de dormir recibí la noticia de que un amigo había fallecido, el cáncer hizo otra de las suyas… era novio de una compañera de equipo y nos toco vivir su historia de cerca (esta historia también es preciosa, pero se las contaré en otra publicación); muy temprano nos organizamos para ir a hacerle compañía, en carretera íbamos todas muy tensas y yo el doble porque ese día operaban también a mi mamá. Kilómetros adelante se nos poncho una llanta y en lugar de ser catastrófico nos sacó una sonrisa cuando intentamos levantar la camioneta y el gato se hundió en el lodo.

Llegamos tarde, pero relajadas.. estuve unas horas y como debía volver temprano tome un taxi para llegar a donde estaba mi coche… ya iba tarde y no llegaría a tiempo para ver a mi mamá.

Al subirme al taxi noté que el conductor estaba preocupado así que decidí sacarle plática, como buena pasajera hablamos del clima, después me preguntó como estaba pero la sorpresa fue cuando le pregunté como estaba Él y comenzó a llorar…

Me platico que 15 días antes habían atropellado a su hijo el más pequeño y había fallecido en terapia intensiva, su esposa se sentía culpable “porque ella mandó a los niños a la tienda” y trató de suicidarseahora estaba internada en una clínica psiquiátrica, había vendido todos sus muebles para pagar por el funeral y ahora apenas le alcanzaba para pagar la clínica, trabajaba noche y día, la vecina cuidaba a sus otros hijos, pero lo que más le preocupaba era que no les había llevado nada de comer…

Traté (de verdad) de no llorar y empecé la difícil tarea de encontrar las palabras correctas para animarlo… misión imposible, entonces lo convencí de que se estacionara y me permitiera regalarle un pollo para que tuviera una preocupación menos; esa es la mejor inversión que he hecho en mi vida.

PERO AQUI NO ACABA LA HISTORIA.

Llegué a donde estaba el coche, rápido abrí la puerta, lo prendí y me puse el cinturón, todavía tenía que llegar antes de la cirugía de mi mamá y no sé ustedes pero cuando yo voy manejando sola me pongo a:
A. Cantar
B. Pensar
Y en un alto sin más, me puse a llorar… eran DEMASIADAS emociones para un día, cuando abrí los ojos estaba un señor junto a mi ventana… Él no tenía brazos y vendía dulces, se me quedó viendo paciente, bajé la ventana y antes de que yo pudiera decir algo o siquiera recuperar la respiración sonriendo preguntó:
-¿Ya se va a dar la vuelta?
-Ya quisiera…- contesté entre lagrimas y en un tono sarcástico
-¡Sonría señorita, hay muchas cosas buenas en la vida!

Con esta difícildecreerhistoria compruebo que no es necesario ir al otro lado del mundo para ser parte del cambio, a veces sólo necesitamos estar atentos, hoy estás JUSTO en donde tienes que estar, aún en los días malos (y los lunes negros), hay muchas cosas buenas en la vida.

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